YENEFER
Tan pronto como llegué a la oficina, recibí una llamada de Nate.
_ ¿Ya te decidiste, cariño? _ preguntó en un tono lascivo y repugnante.
_ Tomaré una maldita decisión cuando salga de esto.
Entonces, colgué el teléfono y bloqueé su número: no quería perder el aliento porque estaba de mal...