YENEFER
Cuando comenzamos a bajar la montaña, ya estaba bastante oscuro y, sintiéndome cansada, no pude evitar bostezar mientras bajaba. Franco se paró frente a mí y se inclinó. Estaba confundida.
_ ¿No estás cansada? Ven, déjame llevarte _ Su voz mezclada con la brisa fresca hizo eco en mis oídos....