YENEFER
Mientras me recostaba tranquilamente en el sofá, Franco se acercó a mí con un vaso de agua. Luego me lo entregó y le devolví el beso en la mejilla. Franco cayó atónito.
_ ¿Qué? ¿No es suficiente? _ pregunté con incredulidad.
Franco me miró con sospecha.
_ ¿Porqué me besaste?...