Hace cuatro años, conocí a Nazario en un accidente de tráfico cuando iba camino al trabajo.
Al ver que su coche estaba a punto de incendiarse, me arriesgué y lo saqué inconsciente del vehículo, llevándolo al hospital.
Nazario, al despertar, estaba profundamente agradecido por haberle salvado la vida y repetidamente intentó darme...