Lo que no esperaba era que Espiridión perdiera la cabeza. Entró en la empresa con un cuchillo en mano y tomó a Esmeralda como rehén.
—Si lo que quieres es dinero, te lo daré —dije, intentando calmarlo, temiendo que un solo movimiento en falso pudiera herir a Esmeralda.
Espiridión se echó a...