Espiridión no tardó en mover ficha, y en dos días el dinero estaba listo. Firmé la cesión de las acciones y se la envié inmediatamente.
Aún quedaban algunas de mis pertenencias en la nueva casa, así que decidí pasar por allí a recogerlas. Para mi sorpresa, la puerta no se abría.
¿Habría...