Por la noche, Fernándo fue a recoger a Ibbie.
Tan pronto como Ibbie se puso los zapatos, se lanzó a mis brazos con un pequeño pastel en la mano.
—Mamá, ¡te extrañé mucho hoy! Este pastel es para ti, lo compré en el camino de vuelta.
Le di un beso en la mejilla,...