CAMILE
¿Hasta cuándo no sería dueña de mis propias decisiones?
Para solo respirar, tenía que obedecer a alguien.
Suspiré resignada con que mi vida no sería mía hasta que toda esta pesadilla terminara.
Sin embargo, no me fiaría de las palabras de alguien que me trató como una mercancía. Pondría también mis condiciones.
Fijé...