CAMILE
—Supongo que te ha enviado a buscarme… —dije sin saludar y el hombre asintió—. ¡Qué más da! No es nada personal, disculpa mi falta de cortesía. Soy Camile… Camile Harrison —extendí mi mano hacia él y luego de dudar por unos segundos, la estrechó con suavidad.
—Soy Rocco, señora. Puede llamarme...