HENRY
—Te estoy diciendo que no lo haré… —Bebí un sorbo de café y esta vez, quien se cruzó de brazos viéndome con seriedad, fue Frederick.
—¿Por qué? —preguntó, y casi le escupí en la cara el café que tenía en la boca—. ¿Por qué no lo harás? ¿Porque sigues enamorado...