―No me quiero separar de ti, madre ―confesó Amber― Sin embargo, si te cae tan mal Dylan, también respetaré tu decisión.
―¡Gracias! Ahora por favor, duérmete tranquila y descansa. Ya Dios nos dio la respuesta: él está bien, al igual que la tripulación.
―Sí, madre ¡Gracias! También a ti, por orar...