Ante la amenaza de Nairobi, Dylan sonrió con desdén y de forma retadora la enfrentó.
―¿Crees que me atemoriza un juez? No ha nacido la persona, en esta región, que rechace unos millones de dólares, para voltear cualquier sentencia ―aseguró Dylan malvado y deshonesto.
―¡Eso lo veremos! Porque estamos dispuestas a llevar...