―¿Te sientes bien? ―Preguntó Joshua― Me preocupa, que le pudiéramos hacer daño a nuestro bebé.
―¡Si te lo juro! Me siento bien ―Respondió Angie― ¡Tengo muchas ganas de ti! ―agregó, está avergonzada y escondiendo su mirada en el cuello de él.
»¡Perdón! ¡Por favor! ―suplicó avergonzada y queriéndose levantar de sus piernas,...