—¿Qué quieres? —preguntó Amber con una voz arisca, bajando el vidrio de la ventana de su coche.
—Solo pedirte un favor —suplicó Christopher, tragando en seco y doblegando su orgullo, e
n beneficio de su padre.
—¿Qué favor? —interrogó ella, con una voz aburrida e invariable.
—Que si te entrevistan no des a conocer...