―¿El reposo absoluto, incluye los besos? No creo ―objetó Amber― Necesito de tus besos, como el aire, para poder respirar ―afirmó, con una sonrisa, olvidando en ese instante, lo vivido el día anterior.
―¡Te amo, mi reina! Mis besos, caricias, pasión, deseo, todo es tuyo, exclusivamente tuyo y de nadie más...