Henry corrió a la escuela cuando su esposa lo llamó y le dijo que ya eran abuelos.
-¿Dónde está ella? ¿Dónde está nuestra nieta? -preguntó Henry emocionado, agarrando los brazos de su esposa.
Rachel se rió entre dientes, encantada con su entusiasmo. Arqueó una ceja y comentó: -Pareces entusiasmado. ¿Querías que tuviéramos...