-¡Oh, Dios mío! ¿Qué estás haciendo, padre? ¡No te arrodilles! -Rachel terminó haciendo una mueca de dolor porque presionó su brazo derecho mientras intentaba levantarse, lo que provocó que Henry corriera hacia ella preocupado.
Se le llenaron los ojos de lágrimas al oír el apodo que le había puesto su padre....