-¿Qué? -Los ojos de Jessica casi se salían de sus órbitas. Su boca se abrió al suelo y su corazón latía tan rápido como las alas de un colibrí.
No podía creer lo que estaba oyendo. ¿Oliver había aceptado casarse con ella? ¿Estaba soñando?
-Si no entendiste lo que dije entonces piérdete...