Maya estaba ansiosa. Los guardaespaldas la vigilaban como halcones y no sabía cómo escapar. Su única opción era pedirle ayuda a su madre.
Ella y su amiga, Alisha, estaban sentadas en la sala de estar. Incluso las acompañaban si querían usar el baño.
Usando su teléfono para comunicarse con su madre, Maya...