Cuando Diego escuchó que a su hermano le habían disparado, no dudó en buscarlo.
-¿Cómo está? ¿Dónde están sus guardaespaldas? ¿Cómo es posible que no sepan que un asesino se había infiltrado en el lugar? -cuestionó Diego a la ama de llaves.
La ama de llaves tragó saliva y gotas de sudor...