Diego no sabía si reír o llorar.
Miró a Dahlia y le preguntó: -¿Por qué regresaste? Si te hubieras quedado escondida, al menos habría tenido buenos recuerdos de ti... pero ahora... me das asco.
-D-Diego... eso no es verdad. Tu hermano me obligó a hacerlo. Por eso fingí mi muerte. Estaba tan...