-¡Mierda! -maldijo Jake cuando el teléfono de Charlotte lo dirigió al buzón de voz por enésima vez.
Estaba en la sala de estar de su penthouse, caminando de un lado a otro mientras intentaba comunicarse con Charlotte.
-Jake, cálmate...
-No puedo tranquilizarme, Quinn. Charlotte acaba de abandonar a su hijo para dedicarse a...