-Ahí... el trato está sellado. Ahora eres oficialmente mi compañera de casa y quiero que estés lo más cómoda posible para que no te sientas fuera de lugar -le aseguró Henry a Rachel después de soltar sus labios.
Su voz era ronca y seductora. Lamiéndose los labios, suspiró internamente. Todavía podía...