Volví a mirar la nota y luego a Miguel.
—Llegaron con flores. Se las di a tu secretaria —dijo él.
Mis palmas ya estaban sudorosas. Sabía de qué querían hablar. Se trataba de los gemelos. Los Calvo también querrán estar en sus vidas.
—No sé si estoy lista para esto —confesé.
Se sentó a...