Salomón me estaba sorprendiendo. Honestamente, pensé que la emoción de la paternidad se desvanecería, pero no fue así. Visitaba a los niños cuando podía. Hacía las entregas y recogidas escolares y compartía comidas con ellos. Asumió las responsabilidades de Julián en sus vidas, y ahora mi melancólico mejor amigo estaba...