Eloisa
Exhalé. No había forma de salir de esta habitación. Estaba atrapada.
Me senté en una esquina y enterré el rostro entre las piernas. La puerta se abrió y levanté la vista. Joan entró con una sonrisa encantadora en los labios.
—Hola, preciosa.
—Quiero irme a casa, por favor —suplicó mi voz, rota. Joan...