—Es mi compañero —dijo Therasia, encogiéndose de hombros. Me detuve y la miré fijamente.
—¿Qué quieres, Therasia?
Vaciló por un momento antes de responder.
—A mi compañero.
Las lágrimas comenzaron a llenar mis ojos y mis hombros se relajaron. Inhalé profundamente por la boca y exhalé.
—Está en conflicto. Te ama, pero está unido a...