No pude decir una palabra cuando sentí una fuerte punzada en mi rostro. Estaba segura de que dejaría una marca. Su asistente soltó un suspiro.
Tragué saliva y le hablé a CC con calma:
—Sé lo que piensas, pero no es verdad.
—Me decepcionas, Eloisa. Pensé que eras mejor que esto. ¿Volviste, tomaste...