Dos meses después.
Sonreía mientras observaba las pruebas de embarazo positivas en mis manos. Estaba embarazada. Me acaricié el vientre y sonreí. Bajé las escaleras. Encontré a Salomón y a los niños en la sala de juegos. Besé a mi compañero, y él levantó la vista de su videojuego para sonreírme.
—¡Gané!...