Daniel me fulminó con la mirada.
—¿Cómo te atreves a avergonzarme así? —gruñó, casi entre dientes.
—¿Cómo te atreves a agarrarme así? —le respondí con rabia.
—Eloisa, ¿sabías lo que esto puede hacerle a mi reputación? ¿Cómo puedes sugerir que estoy arruinado y que te estoy buscando por tu herencia?
—¿Me equivoqué? —le respondí...