Pasaron semanas antes de que nos instaláramos por completo en nuestro nuevo hogar. Encontré una escuela privada para los gemelos, y ya empezaron a asistir.
—¿Hola? —gritó Daniel al entrar en la sala.
—Hola —sonreí, y él me saludó con un beso en la mejilla.
Daniel ha sido un buen amigo para mí....