Sostuve a Catalina por los hombros y ella se apoyó en mí. Era un par de centímetros más alta que yo, así que estaba cómoda.
—Catalina, Catalina, yo... Esa mujer, lo que sea que te haya dicho. Te amo tanto —estaba agitado. No podía ni formular oraciones coherentes.
Catalina estaba simplemente sin...