Mi mirada recorrió el aula hasta detenerse en Humberto, porque me estaba mirando fijamente con una expresión impenetrable.
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—Bueno, ya has evadido lo suficiente. Ahora nos vas a contar qué pasó —la voz de Dorotea era tan decidida como toda su personalidad. Dorotea y Julia se sentaron frente a mí en...