—¿Humberto te ha dejado alguna vez tocar su coche?
******
—¡Ay! Estos cólicos me van a matar —se quejó Dorotea, mientras yo me reía de su expresión.
De inmediato, una ola de inquietud me invadió. Durante estos últimos tres días, había empezado a entender cómo funcionaban estos "poderes de Luna". Cuanto más cercana...