—No puedo creer cuánto duré —dijo Humberto mientras acariciaba suavemente mi cabello.
***
—Márcame.
Esas palabras salieron de mi boca antes de que pudiera detenerlas, pero no me arrepentí ni un poco. La sorpresa se reflejó en el rostro de Humberto; claramente no esperaba que dijera eso, y, en verdad, yo tampoco.
Pero al...