—¡Eres un monstruo! —exclamé cuando finalmente me cayó encima toda la verdad—. ¿No podías simplemente eliminarlos? ¿Hacerlos desaparecer por completo? ¿Era necesario hacerlos pasar por toda esta tortura? ¿Tienes idea del dolor que les has causado a los mates? —grité horrorizada, mientras la imagen de Celestino y Ramona, los padres...