Humberto se movía nerviosamente de un pie a otro, sin saber qué hacer.
—Tonterías —dijo mamá, poniendo los ojos en blanco y mirando a papá, como recordándole que se comportara.
—Así que está decidido. Humberto vendrá esta noche a cenar —dijo mamá alegremente.
—Gracias por la invitación, Liliana —dijo Humberto, sonriendo tímidamente.
—Ahora, vete,...