‘¿Alguien podría ayudarme a planear su asesinato?’
******
—Nunca vas a creer lo que acaba de pasar.— Dije, dejando mi bandeja y sentándome en nuestra mesa —reservada— en la cafetería.
Después del —encuentro— con Humberto, fui directamente al baño de chicas para aclarar mis pensamientos y convencerme de que había hecho lo correcto...